Ya hace algún tiempo que en el mercado se encuentran disponibles microprocesadores de 64 bit para usuarios hogareños, debo destacar que no es una tecnología nueva, existen varios microprocesadores que desde hace mucho tiempo trabajan en 64 bit (la arquitectura RISC lo hace desde 1990).
He tenido la suerte de, con mi acotado presupuesto universitario, adquirir una PC con estas características, al principio, instalé en ella un SO GNU/Linux de 32 bit, por que aún no me convencían los comentarios que en aquella época existían sobre los 64 bit (falta de programas, falta de drivers), aunque ahora puedo decir que el soporte está muy avanzado, ya que hay mucho soft disponible.
Debemos tener en cuenta, que para que nuestra PC trabaje en 64 bit, no solo el sistema opertativo debe soportar dicha arquitectura, además, todo el software que lo acompaña, como los programas de oficina, navegadores, codecs y utilidades deben ser compilados para hacer uso de estas capacidades.
Los sistemas GNU/Linux, a diferencia de Windows hace mucho tiempo que se prepararon para esta nueva arquitectura, la razón es muy sencilla, al tener disponible el código fuente, solo es necesario compilarlo para las distintas arquitecturas (alpha, amd64, arm, i386, ia64, powerpc, sparc, solo por nombrar algunas). Es por eso que estos sistemas son capaces de funcionar en infinidad de dispositivos además de computadoras personales, podemos ver celulares, autos, televisores y un gran etcétera que en su interior tienen «un Linux».
Pero he aquí donde quiero expresar mi experiencia con estos 64 bits, utilizo mi computadora más que nada para navegar en internet, probar software, escuchar musica, ver películas y hacer algunas cosas para la facultad. He utilizado Ubuntu 8.04 tanto en 32 como en 64 bit y debo decir que no me ha convencido esa diferencia de 32; en 64 anda un «poquito mejor» pero aumenta de sobremanera el consumo de memoria RAM y el tiempo que tarda en iniciar es casi el mismo.
Sé que hay muchas otras actividades en las que los 64 bits son de mucha ayuda, sobre todo en aquellas tareas donde se requieren grandes capacidades de cálculo o mucha precisión numérica. Pero desde el punto de vista del usuario común y corriente, no creo que se justifique ya que la ganancia es mínima.